Un embarazo trae consigo una serie de cambios a tu vida, todos ellos deben estar bajo cuidados. Algunos de ellos serán visibles: te crece la tripa, te vuelves más radiante, se agranda la familia. Otros, solo tú puedes percibirlos: experimentas bruscos cambios de humor, sientes náuseas y una mezcla de sensaciones diferentes a cada instante.
La respuesta que primero te surgirá será ofuscarte por estas sensaciones que no eres capaz de controlar; lo ideal es que te calmes y vayas adaptándote a esta nueva tú.
Cambios en el embarazo
En el embarazo la sensación de inseguridad es sumamente común. El miedo de sentirte poco atractiva o de dejar de atraer a tu pareja puede ser muy recurrente; sobre todo, durante los primeros meses. Y, como estarás más sensible que de costumbre, es probable que todo lo que escuches lo conviertas en una frase irónica o con doble sentido.
Muchas mujeres dudan del afecto y del deseo que otros sientan respecto a ellas y suelen sentirse sumamente tristes. Este tipo de sensaciones son más profundas en aquellas mujeres que ya de por sí sienten una cierta inestabilidad. Si es tu caso, lo ideal es que intentes calmarte y que trabajes sobre aquellas cosas que te han provocado inseguridad a lo largo de tu vida y trates de separar tu pasado de tu presente.
La realidad es que estás embarazada; que te ha crecido la tripa porque llevas una vida dentro. ¡No estás gorda y tu pareja no te ve así! Lo que sientes está dentro de ti y debes trabajar por controlarlo porque, de lo contrario, la inestabilidad te controlará a ti y conseguirá que cada vez te sientas peor. Intenta que tus miedos no te lleven a hacer algo de lo que puedas avergonzarte más tarde.
Tienes que saber que estos miedos son impulsados por cambios que están teniendo lugar en tu cuerpo y en tu vida y estos cambios deben estar bajo cuidados:
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Cambios hormonales
Las hormonas encargadas del desarrollo del bebé adquieren mayor protagonismo y provocan cambios físicos y anímicos al activarse.
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Cambios físicos visibles
Los pechos, las caderas y el abdomen deben ampliarse para colaborar con el desarrollo de la nueva vida.
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Cambios sociales
Tú y tu pareja verán modificadas sus vidas rotundamente, no solo por la próxima llegada del bebé sino porque es posible que los nervios compliquen en cierta forma la normal comunicación.
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Cambios individuales
Aceptar que ya no estarás sola, que deberás cuidar de una nueva vida te imprime una presión que te asustará profundamente; ser madre es algo maravilloso pero también difícil.
Todas estas alteraciones son las responsables de que te sientas extraña, poblada de miedos y de tristeza; no obstante, también de mucha alegría e ilusión. Lo importante es que sepas encarar esta etapa de tu vida con la responsabilidad y la valentía que requiere. Además, tomar decisiones en tu día a día que te renueven la ilusión y el gusto por la vida puede ser sumamente importante para poder disfrutar de tu embarazo y prepararte de maravilla a la maternidad.
Cuidados de la piel durante el embarazo
En algunas mujeres durante el embarazo, la piel parece mejorar rotundamente; esto es porque las hormonas provocan que el organismo retenga más humedad, y esto ayuda a que la piel se vuelva más flexible y pueda ensancharse sin dificultad.
Seguramente uno de los mayores temores de las embarazadas son las estrías: debes saber que si bien no existen métodos para eliminarlas con facilidad, un tratamiento preventivo a base de cremas especializadas (no nocivas para el feto, ¡importante!) puede hacer que se reduzcan las posibilidades de que estas proliferen.
Además, intenta controlar tu peso para evitar un aumento repentino que pueda provocar la aparición de estas odiosas enemigas.
En lo que respecta a tu piel, es recomendable el uso de aceites naturales ya que el jabón elimina los aceites que la piel produce y puede empeorar su aspecto. Los aceites de aromaterapia son los más utilizados, dado que ofrecen cuidados a la piel de una forma extraordinaria, evitando su deshidratación.
Por otro lado, debes cuidar de no exponerte mucho al sol ya que la pigmentación durante el embarazo se intensifica y el contacto con el sol podría dejarte manchas a futuro, sobre todo en aquellas zonas más pigmentadas.
Las emociones durante el embarazo
Eres, junto a tu bebé, la protagonista de tu vida; debes procurar, por tanto, que nadie interfiera en tu estabilidad y cuidar lo más que puedas de tu salud emocional y física.
Para ello debes focalizarte en hacer cosas que te hagan sentirte a gusto contigo misma. Si estás teniendo dificultades para entenderte con tu pareja, intenta conversar con ella, expresarle cómo te sientes y pon de tu parte para que pueda comprenderte: muchas parejas se vuelven sumamente empáticas con su esposa embarazada y pueden ser la mejor compañía para enfrentar los cambios y la inestabilidad emocional. Además, hablar puede ser sumamente importante para poder enfrentarse con responsabilidad al nuevo rol que cada uno deberá enfrentar a partir del nacimiento.
En esta etapa debes relajarte: realiza cambios en tu armario, aprovecha para vestirte con aquella ropa que más te gusta, cómprate cosas que te hagan sentirte bien, maquíllate (hay toda una línea de cosméticos naturales que pueden utilizarse sin ningún peligro para el bebé).
Es necesario que entiendas que de tu bienestar dependerá la felicidad y el buen desarrollo de tu peque, así que pensar en ti misma no puedes considerarlo jamás como un acto egoísta.
Tú, tu pareja y el embarazo
En esta etapa algunos problemas que en otra circunstancia te parecerían sencillos de resolver pueden resultarte sumamente complicados. Debes pensar que no estás sola y que no estás en condiciones de tomar decisiones (y no tienes por qué hacerlo) tú sola.
Si aparecen problemas económicos intenta calmarte y hablarlos con tu pareja de una forma constructiva; hasta que juntos encuentren la solución y se pongan a trabajar por alcanzarla.
Como éste, todos aquellos problemas que pudieran surgir debes afrontarlos con valentía y esperanza; lo ideal para ello es que te enfoques en aquellas cosas que te gustan y que no te dejes amedrentar por los problemas.
La llegada de un bebé es una nueva responsabilidad para los dos y enfrentar juntos dicha tarea puede ser sumamente enriquecedor para cada uno y para los dos como pareja.