El amor es uno de los sentimientos más fuertes y más poderosos, al margen de mitos, leyendas e historias que se cuentan a través de diversas fuentes culturales como el cine. Las mariposas y la subida del ritmo cardíaco, son alguno de los síntomas más frecuentes cuando se siente verdadera atracción hacia alguien.
Teniendo en cuenta que somos seres biológicos, la atracción surge como eso, una respuesta biológica y emocional al considerar de forma inconsciente a alguien apto para compartir una vida en común o como respuesta a una intensa atracción sexual que surge por diversas motivaciones. El problema llega cuando este tipo de sentimientos o sensaciones sólo viajan en una dirección, es decir, no se corresponden. Lo que socialmente se conoce como el amor no correspondido.
Esta situación ocasiona dolor y frustración en la persona no correspondida, tanto, que puede llegar a consumir intensamente. Provoca además inseguridad, depresión, ansiedad, soledad, desconsuelo, desconocimiento, no comprensión y la pérdida de ganas de vivir; lo que a largo plazo se puede completar con miedo a volver a abrir un corazón que ya ha sido roto.
Ante este tipo de situaciones lo más favorable es:
- Tratar de seguir adelante valorando los aspectos positivos de la vida, que aunque parezca mentira, los hay. Salir a la calle, mantener la calma y sobretodo realizar actividades que distraigan la atención, tratar de no tener miedo a una posibilidad de volver a amar, no sentirse culpable por la situación y volcar la energía en otro tipo de actividades como el deporte.
- La vida merece la pena vivirla y aunque al principio pueda parecer muy duro, se debe tomar como una experiencia más de la que aprender.
- El proceder de la persona amada que no corresponde debe ser el de máximo respeto ya que, no hacer daño será imposible, pero siempre hay que tratar de hablar las cosas con calma como personas adultas para que la otra persona pueda seguir adelante con su vida y vivir.