Has tenido varias relaciones y ninguna ha funcionado a pesar de intentar desesperadamente lo contrario, ¿es culpa tuya?
Deseas dar amor, sabes cómo hacerlo, eres una persona generosa, fiel, estable, atenta, con proyectos, luchadora, miras al futuro y te ves compartiendo tu vida con alguien, enamorándote todos los días de tu pareja… y sin embargo todo termina una y otra vez, siempre de un modo parecido, por problemas semejantes, dejándote la misma sensación, las mismas dudas, minando tu alma cada vez más y creyendo que cada vez tienes menos fuerzas para amar, con la tentación de no creer más en el amor.
Es un error; el amor existe, personas que lo entienden como tú también. Entonces,
¿Siempre fracasas en las relaciones?
El principal motivo
Siempre buscas a personas similares. A pesar de que cada ser es único, en general la forma de relacionarse con los demás, la manera de gestionar los sentimientos y en ocasiones de defenderse, las reacciones, no varían demasiado según lo aprendido por la persona. Si siempre te relacionas con quienes actúan emocionalmente del mismo modo o parecido, tendrás constantemente el mismo tipo de relaciones con sus consecuentes finales.
Probablemente la costumbre de estar con personas que de un modo u otro te recuerdan a situaciones ya vividas te haga pensar que puedes dominar la situación, te de seguridad y sobretodo creas que puedes cambiar a alguien y entonces sea una especie de triunfo. No es así, por eso fracasas. No puedes cambiar a nadie, las personas sienten y cambian por voluntad propia. Además es una falta de respeto, o amas tal como es o te alejas. En el amor no se exige, no se espera, simplemente deben sentirlo los dos miembros de la pareja.
¿Cómo encontrar a la persona que quiera lo mismo que tú en una relación?
Del mismo modo que te encontrarían a ti cuando no te expones a dejarte querer conformándote, cuando eres valiente y te lanzas a relacionarte con caracteres totalmente distintos a los que has conocido, cuando realizas las actividades que te gustan, te comportas tal y como eres sin ser quien quieren los demás, cuando pides claramente lo que quieres y esperas de una relación.